Serie de micros Bellezas Naturales
B.N. (3) - 250 palabras
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CONTRA EL VIENTO
Sabana
Africana, 1980. Kudú, no era su nombre artístico como algunos
profanos en nomenclatura zoológica se empeñaban en nominarle.
Kudú, Tragelaphus strepsiceros, era el nombre de su especie. Los kudús hicieron oidos sordos del famoso refrán español: “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”, y a pesar de observar las atrocidades cometidas contra los parientes cercanos de los unicornios, los rinocerontes, nunca creyeron que los suyos, de menor embergadura, podrían ser objeto de disputa. Los cazadores llegaron en masa para hacerse con ellos, y un grupo de hombres salvadores de la fauna africana reclutaron a los kudús tras una cerca para preservar su especie. La falta de observación de los kudús hacia las costumbres de sus congéneres, les condujo a alimentarse de las acacias igual que lo hacían las jirafas. Murieron en masa, con los hígados destrozados por sobredosis de taninos.
Al hombre, amante de la naturaleza, le costó varios días averiguar que las acacias habían adoptado la cualidad de informar a sus iguales de la presencia de un predador ¡emitiendo gases de etileno!; el resto de árboles, al olfatear el gas, producían excesos de taninos, muy letales para los hervíboros. Si los kudús hubiesen observado a las elegantes jirafas alzar su cuello, hubiesen comprendido que ellas siempre se alimentaban en contra del viento. Puede que si el humano observara y aprendiera con mayor atención, su vida navegara a favor de los vientos.
Kudú, Tragelaphus strepsiceros, era el nombre de su especie. Los kudús hicieron oidos sordos del famoso refrán español: “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”, y a pesar de observar las atrocidades cometidas contra los parientes cercanos de los unicornios, los rinocerontes, nunca creyeron que los suyos, de menor embergadura, podrían ser objeto de disputa. Los cazadores llegaron en masa para hacerse con ellos, y un grupo de hombres salvadores de la fauna africana reclutaron a los kudús tras una cerca para preservar su especie. La falta de observación de los kudús hacia las costumbres de sus congéneres, les condujo a alimentarse de las acacias igual que lo hacían las jirafas. Murieron en masa, con los hígados destrozados por sobredosis de taninos.
Al hombre, amante de la naturaleza, le costó varios días averiguar que las acacias habían adoptado la cualidad de informar a sus iguales de la presencia de un predador ¡emitiendo gases de etileno!; el resto de árboles, al olfatear el gas, producían excesos de taninos, muy letales para los hervíboros. Si los kudús hubiesen observado a las elegantes jirafas alzar su cuello, hubiesen comprendido que ellas siempre se alimentaban en contra del viento. Puede que si el humano observara y aprendiera con mayor atención, su vida navegara a favor de los vientos.
Curiosidades:
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El vallado se instaló en los años ochenta en el parque Kruger : Mayor parque nacional de Sudáfrica (20.000 m2) en la provincia de Mpumalanga.
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El kudú tiene mala vista pero buenísimo olfato.
>>
Es curioso que el Etileno (C2 H4) es un gas sin color pero con olor
dulce. ¿Se sentirían atraídos por ese olor los kudús?.
>> El kudú no se encuentra en riesgo de extinción.
>> Suele denominarse como El Gran Kudú, por ser un antílope de los más altos y de mayor cornamenta.
>> En los grupos de scouts es tradición utilizar un cuerno del Kudú, en espiral y hueco, como un instrumento de viento para llamar a los grupos.
>> Badem Powell, fundador del primer campamento scout del mundo (Brownsea, 1907), observó por primera vez que los guerreros Matabeles, en 1890, ya lo utilizaban para largas distancias. Powell fue : actor, pintor, músico, militar, escultor y escritor británico. Como escritor cabe destacar "Escultismo para muchachos" :