Tuareg con pasteles Visítale en http://demisbocetosylosvuestros.blogspot.com |
Tiempos Nómadas
en Esta noche te cuento, mes de Julio,
con el lema :"El viaje me enseñó..."
(algunos ya lo conocéis ;) )
(algunos ya lo conocéis ;) )
Me sorprendieron sus ropas y que no renunciara a sus atuendos
a pesar de sentirse distinto. Su turbante azul teñía su rostro con los colores
del mar, anudado a su cabeza como una cobra a la rama de un baobab. Era su
señal de identidad. Hicimos amistad en el segundo año de facultad, él me
confesó ser un tuareg, me enseñó su alfabeto, el tifinagh, y me susurró que a
diferencia de nosotros no necesitaba ser alguien, porque él, ya era. Tuareg de
ojos azules, ¡el color celeste del mundo!, un personaje singular que me invitó
a su país de origen.
Allí,
yo era el diferente, mis vaqueros y mi gorra atraían la atención de un pueblo
nómada acostumbrado a los rigores más extremos. Muy pronto aprendí que su
concepción de vida y la nuestra no eran excluyentes, pero sí muy
distantes: nosotros llevamos reloj, pero ellos disponen del tiempo.
Desde
aquel viaje tengo una habitación sin ventanas, una alfombra de arena y mil
estrellas en el techo. Al tumbarme, oigo mis latidos haciendo eco en el
desierto, el tiempo se detiene y me enredo en su turbante sintiéndome libre.
Ahora me emociono con cada sorbo de agua.
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Próxima convocatoria :
mes de Agosto, "Azul... marino".
mes de Agosto, "Azul... marino".
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Nos estás acostumbrando mal con eso de simultanear pintura y escritura. Te inmiscuyes más en el micro viendo el dibujo del tuareg. De todas maneras, bonito viaje al desierto y cuánto hay que aprender de ciertas culturas.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Os estoy acostumbrando mal? ...ah! ya entiendo!... ¡es una broma!. ;)
EliminarAl Tuareg le dediqué un buen ratito ...mucho más del que acostumbro ...pero estoy contentísima con el resultado. Gracias por tu comentario a cerca de lo bueno que sería "aprender" de otras culturas.
Un abrazo de mirada azul.
Cuánto bueno te enseñó tu viaje, gracias por contárnoslo. Nos emociona lo nuevo, y el hábito las destruye. Me gustó tu relato y tu dibujo, ¿es autorretrato?.
ResponderEliminarBesos
ja,ja ...sí, sí...es un autorretrato de lo más pasteloso (lo digo por la técnica).
EliminarFue un viaje placentero, lleno de aprendizajes. Duró dos días, lo que me costó perfilar el Tuareg y escribir el microrrelato.
Muchos besos para tí y muchas gracias.
Laura, como siempre, sorprendente tu relato y cómo no, ya sabia que ese dibujo tan especial iría unido a un texto también especial. Precioso, con él nos llevas a respirar la libertad. Gracias.
ResponderEliminarBesos desde mi mar.
De nada Yashira. Me alegro de que te guste lo especial del texto y del dibujo ¡ójala siempre me saldrían historias como esta! ¡son las que más me gustan!.
EliminarBesos desde una mirada transparente.
Muy hermoso, Laura, reflexivo y tierno. Ah, qué riqueza incalculable, poseer el tiempo. Y "ser".
ResponderEliminarMuy bellos ojos los de tu tuareg!!!
Beso que cruza el mar
Recibido tu beso trashumante, que como el viento viaja de isla en isla visitándonos sin descanso.
EliminarPoseer el tiempo está sólo al alcance de las vidas sencillas y puras. No creo que pudiéramos poseerlo por mucho que nos esfózaramos. Esta sociedad nuestra se encargó de encapsularlo en relojes y marcarnos las horas de nuestras vidas.
Besos nómadas para tí.
Laura, leí el relato en la página del concurso y ya te comenté que me gustó este viaje, lo que no había visto aún era esa gran ilustración que engrandece aún más el relato.
ResponderEliminar¡Qué buena mano!
Suerte para el concurso y te felicito por el conjunto del relato.
Besos.
Lo sé, lo sé...sé que estuviste allí, siempre fiel a tus amigos. Y por eso mismo te agradezco el doble esta visita.
EliminarEl Tuareg salió publicado en el blog de bocetos hace unos días. Hoy actualizaré su enlace a esta entrada. Fue un aperitivo para algunos que no visitan ENTC.
Besos nómadas Nicolás.
¡Todo junto! Obra completa.
ResponderEliminarSabes lo que pienso de ambas manifestaciones, pero al verlas juntas no he podido dejar de felicitarte.
Has conseguido reflejar en el dibujo, el equilibrio del que se habla en el micro. La paz interior, la que nace de esos ojos azules, la que compartimos los lectores y espectadores.
Un besoooo grande.
Para tí Petra... agradeciemientos TRIPLES, por tu comentario en ENTC, en los bocetos y ahora aquí. No sabes la gran ilusión que me hizo el comentario al Tuareg. No sabía si releerlo más veces o darte más besos. ;)
EliminarAbrazos enormes... y hoy te regalaría un reloj sin agujas para que disfrutes del tiempo.
Tanto el retrato como el relato son magníficos.
ResponderEliminar¡Muchísima suerte! te la mereces porque sabes hilvanar historias como nadie.
Un abrazo grande, Laura.
Muchísimas gracias Juglar. En ese concurso, también está el nivel muy alto, y hay historias preciosas que no me extrañaría llegaran a lo más alto.
EliminarUn abrazo por tus palabras, también muy grande para tí.
Que chulada de relato.
ResponderEliminarMe ha encantado todo lo que has aprendido en ese viaje.
Es increible pero a veces en las pequeñas cosas es donde aprendemos la esencia de todo aquello que nuestro ritmo diario no nos da la opción de apreciar.
Basta un cambio de aire, un salir de ese espacio para disfrutar la grandeza del cielo, de las estrellas, del agua... de las cosas sencillas y tan necesarias.
Precioso, de verdad.
Besitos mediterráneos.
Sí Gala. Yo creo en las pequeñas cosas. Sin ellas la vida no sé qué sentido tendría. Si siempre aspiráramos a las grandezas acabaríamos desencantados de nuestra propia vida. A mí me gusta observar lo pequeño. El Cosmos y el Universo me asombran, pero lo dejo para los más entendidos ... ;)
EliminarUn abrazo agradecido y unos besos nómadas para tí.
Un relato que invita a reflexionar sobre la vida en Occidente condensada en esa frase sobre el reloj y el tiempo. Me ha encantado el último párrafo. Maravillarse con los pequeños milagros como un sorbo de agua. Para la ilustración, aplausos admirados! El trazo en los pasteles suaviza esa mirada... Mucha suerte para este mes, Laura. Saludos van!
ResponderEliminarMe gustan un montón los microrrelatos que producen reflexiones, pensamientos, sensaciones, risas incluso... Si este ha servido para reflexionar un poco sobre nuestras vidas, absurdas a veces, pues me siento muy satisfecha.
EliminarGracias por tus halagos para el Tuareg. Se los transmitiré en cuanto deje de mirar las estrellas. ;)
Besos nómadas, Sandra.
Qué bonita historia Laura, llena de respeto y fraternidad entre razas y costumbres. Cúanto se puede aprender y más ahora, de estas gentes, de su felicidad incondicional, de su filosofía de vida, de ver cómo algo que es tanto para nosotros, es tan insignificante para ellos.
ResponderEliminarNos vendría tan bien una cura de este tipo...
Besitos
Una cura de este tipo es necesaria más que nunca. Quisiera aprender esta y muchísimas más cosas que nos llevaran a comprender y relativizar la importancia de algunos acontecimientos que consideramos, a veces, dramáticos, y no lo son tanto ... o tienen otras soluciones.
EliminarBesos desde mis palabras.
La identidad, cultura y costumbres heredados de nuestro lugar de origen es nuestra esencia y por ende debe perdurar en el tiempo.
ResponderEliminarEs muy bonito conocer más a fondo de lo que se ve a simple vista, las raíces de una civilización distinta a la nuestra.
Lindo relato, Laurita.
Abrazos alados!
La historia de ciertas personas nos enseña a curar nuestro ego, nuestra prepotencia occidental, nuestros designios que consideramos como "normales".
EliminarSi aprendiéramos un poco, seríamos mucho más sabios. Pero a veces, nos negamos a aprender, y otras...no nos dejan salir del cauce marcado...
Gracias Diana, es un placer recibir tu comentario en mi casa.
Un micro intimista y -sobre todo- generador de reflexión profunda, Laura.
ResponderEliminarLa ilustración, sin duda, hace justicia a la calidad del texto.
Un abrazo,
Muchas gracias Pedro. Como decía antes, si en el lector queda una pequeña reflexión, me siento muy afortunada. Remover reflexiones o pensamientos no es tan fácil en una época en la que creemos que todo está dicho, o contado, o escrito.
EliminarGracias por lo que dices de la ilustración. Entiendo que te gusta. ;)
Un abrazo desde mis palabras, Pedro.
Me gusta esa idea de que a pesar de tener nosotros el reloj, ellos poseen el tiempo. Concretamente ayer tarde acompañé a mi mujer a comprarse un reloj llamativo, sí, sí, de esos de colores y claro, ahora caigo, quizás esté tratando de comprar el tiempo que se le va escapando de las manos.
ResponderEliminarA mí también me gusta mucho. Ni siquiera cuando estamos relajados, de vacaciones, sabemos disponer del tiempo suficiente, odel que nos gustaría. Demasiadas prisas, demasiados relojes en nuestras muñecas, blancos, de colores o negros.
EliminarEl próximo lo compraré "trasparente".
un abrazo Javierete.
Laura:
ResponderEliminarUn relato muy interesante, que pone en evidencia el ensueño para con otras culturas.
Por supuesto, un par de días no alcanza para conocer casi nada, de modo que nos dejará siempre una expresión de asombro en nuestra mirada.
Saludos.
Muchas gracias Arturo, te estoy muy agradecida por tus palabras en mi blog, y me encanta esa sensación de asombro que dices que perdurará en nuestras miradas.
EliminarGracias y un abrazo.
Calzar los zapatos ajenos es como para emocionarse con un trago de agua. ¡Bellísimo texto, Laura!
ResponderEliminarCalzar los zapatos ajenos es algo que debiéramos practicar en nuestras vidas de vez en cuando. Sólo así comprenderíamos la belleza de un desierto o la dureza de otros paisajes.
EliminarGracias Francisco, es un placer recibirte de nuevo en mi casa.
A través del relato se conciencia uno de la forma de pensar y actuar de otras culturas y de la experiencia positiva de intentar entenderlas. Todos tenemos algo que aprender de ellas y no cabe duda que esta tarea forma parte de un enriquecimiento personal y social.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la expresión "nosotros llevamos reloj y ellos disponen del tiempo". Genial !!!
Besos, Laura !!!
Gracias Atenea. Efectivamente todos debiéramos aprender los unos de los otros, enriqueciéndonos con las aportaciones del resto en vez de sentirnos heridos.
EliminarBesos de miércoles para tí y muchas gracias por tu comentario.
Me he enamorado de tu tuareg de ojos azules (no se lo digas a nadie :-) Hermoso relato.
ResponderEliminarBesos, Laura.
Sssssshhhhh....vale. No se lo digo a nadie ....si tú prometes no contarles que ....yo también...sssshhhh
Eliminar;)
Besos Sara ¡me alegra mucho verte!.
Laura, el relato reflexivo sobre los estilos de vida me hace pensar sobre mi propio turbante. De eso se trata de hacernos mirar nuestras habitaciones. Me ha gustado ese oír los latidos "ecoándose" por el desierto.
ResponderEliminarTu reflexión Ximens es buenísima. Nuestro propio "turbante", ¡sí señor!.
ResponderEliminarMe encanta verte por aquí, ya lo sabes, y me alegro mucho que hayas recaído en esta entrada a la que desde ayer: "tengo especial cariño".
"Ecoándose"...ummmhhh...bonito gerundio autoreflexivo para hacer eco de nuestros pensamientos.
¡Besos Ximens y muchas gracias!
La multiculturalidad nos recuerda lo variable de costumbres y exteriores, y la similitud enorme entre seres humanos.
ResponderEliminarEl tiempo se acaba midiendo desde el interior. Me gustó cómo lo refieres.
Una abrazo.
Gracias Albada, así lo creo también yo, sobre todo me gusta esa idea de medir el tiempo desde el interior. ¡Excelente reflexión!.
EliminarGracias por venir. Besos.