Mediocridad
en 128 palabras
Quizá
sea este el momento, mediados de julio de 2012, y no otro, en el que
nuestro país ha alcanzado el cénit de su propio descalabro. El
miedo a un futuro aún peor, se asienta en nuestras mesillas de noche
sembrando la desconfianza y el temor. Miedo a perder aún más. Y
nuestros cuerpos cansados germinan carentes de frutos junto a nuestra
impotencia colectiva. Quizás sea el momento de hacer reflexión
interna : de asumir y reconocer, para propiciar un caldo de cultivo
en el que se geste una nueva sociedad, diferente a la anterior, relegando al olvido una palabra que a veces nos define y de la algunos llevan tiempo escapando, vacunándose para
intentar ser inmunes a una enfermedad con alto riesgo de contagio.
El
texto que a continuación os muestro fue extractado de la red por un
amigo de los cursos de escritura, Miguel Angel S. Desconocemos su
autoría, puede que ya lo hayáis leído, puede que únicamente sea
para vosotros una lectura más...o ...puede que no, que estéis de acuerdo o solo a medias. Aquí os lo dejo
y ¡ gracias por admitir hoy, un microrrelato Mediocre !.
Autoría desconocida :
Quizá
ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que
económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la
codicia de los banqueros o la prima de riesgo.
Asumir
que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por
otro, con otra batería de medidas urgentes o una huelga
general.
Reconocer
que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la
señora Merkel.
Admitir,
para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un
país mediocre.
Ningún
país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco
en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en
la escuela y termina en la clase dirigente.
Hemos
creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más
populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la
oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de
comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin
importar lo que hagan. Porque
son de los nuestros.
Estamos
tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por
aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi
siempre reducidas al deporte, nos sirven para negar la
evidencia.
Mediocre
es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al
día frente a un televisor que muestra principalmente
basura.
Mediocre
es un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que
hablara inglés o tuviera mínimos conocimientos sobre política
internacional.
Mediocre
es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha
conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del
terrorismo.
Mediocre
es un país que ha reformado su sistema educativo trece veces en tres
décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo
desarrollado.
Mediocre
es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores
del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para
sobrevivir.
Mediocre
es un país con una cuarta parte de su población en paro que sin
embargo encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles
de un país vecino bromean sobre sus deportistas.
Es
mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la
creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la
independencia sancionada.
Un
país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración
nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes
que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por
políticos que se insultan sin aportar una idea, por jefes que se
rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por
estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
Mediocre
es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los
mediocres de la mano del trasnochado progresismo, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
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No deseo que nadie se sienta insultado.
El sustantivo País lo entiendo tal y como se define:
(1) " Territorio que constituye una unidad geográfica o política,
limitada natural o artificialmente."
(2) "Conjunto de habitantes de este territorio".
Mediocre, referido a las cosas, significa : mediano de
calidad, importancia o interés medio.
Mediocre, referido a las personas, es un adjetivo que
se utiliza para calificar a aquellas de escasas dotes intelectuales
o que no destacan en un campo determinado.
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No deseo que nadie se sienta insultado.
El sustantivo País lo entiendo tal y como se define:
(1) " Territorio que constituye una unidad geográfica o política,
limitada natural o artificialmente."
(2) "Conjunto de habitantes de este territorio".
Mediocre, referido a las cosas, significa : mediano de
calidad, importancia o interés medio.
Mediocre, referido a las personas, es un adjetivo que
se utiliza para calificar a aquellas de escasas dotes intelectuales
o que no destacan en un campo determinado.
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Laura:
ResponderEliminarMuy buena entrada. En un todo aplicable a nuestro país, la Argentina.
Por desgracia, tales argumentos refuerzan la hipótesis de algunos compatriotas míos que echan la culpa de nuestro atraso sistemático al hecho de que el país creció gracias a los inmigrantes de las dos penínsulas: la ibérica y la italiana.
Falsa argumentación, pues si este país alguna vez fue grande lo ha sido gracias a la fuerza de trabajo y espíritu de superación de los inmigrantes y su descendencia.
Por eso confío en que tanto Europa como mi país habrán de superar una crisis, hay con quienes resolverla.
Un gran abrazo.
Te asiste la razón. Es mediocre creer que no podremos con las vicisitudes del camino y rendirnos y plantarnos. Un abrazo.
ResponderEliminarLaura, es cierto que estamos en un país con muchas deficiencias, tantas que ahora estamos en un hilo de caer en un depresión perpetua. Pero aún así, yo no quiero caer en el pesimismo, y España tiene muchas virtudes y posibilidades para levantarse. Es cierto, que la mediocridad se ha alzado como protagonista de la sociedad, pero no es menos cierto, que a su lado conviven gente preparada, con ideas claras, que desean sacar adelante el país.
ResponderEliminarCreo que es tiempo de unirnos, de barrer aquello que no sirve, de sacarle lustre a nuestras virtudes y de mirar hacia delante con esperanza, para seguir trabajando en un país que no está muerto ni se merece que lo dejemos morir,
Siento la parrafada.
Un abrazo fuerte.
LLevo diciéndolo desde mucho antes de la crisis. Muchas veces bromeo en que me voy a nacionalizar Portugués, que al menos son humildes, gran virtud. estoy de acurdo con casi todo lo que pone. Discrepo en un par de cosillas nada más. Añadiría nada más que nos sobra tendencia al populismo, con lo que tampoco creo que vayamos a mejor.
ResponderEliminarLamentablemente, creo, Laura, que hacia esa mediocridad se encamina el mundo, lo que entendemos por mundo desarrollado. La entronización de la mediocridad junto a la burla (como no podía ser de otra forma), junto a la descalificación a veces brutal, de quien intenta destacarse estudiando, o esforzándose en su trabajo, más de lo que la masa ha dispuesto y ordenado.
ResponderEliminarAsí nos va. Y así como nos va continuará yendo.
Lo había leído ya el artículo y... sólo dice verdades. No puede ofender a nadie tanta verdad, más que ofendernos, ¿puede movilizarnos?
ResponderEliminarNo soy optimista, es una pena.
Tremenda entrada, Laura. Y valiente. Creo que empezamos a serlo cuando nos empeñamos en dejar de ser africanos, para ser, por encima de todo, europeos! Creo que cuando quisimos echar a andar de una vez, tomamos un camino equivocado. Pero creo que la solución pasa por reconocer antes todo lo que dice tu entrada. Cuando uno acepta el problema, puede empezar a solucionarlo. Mas la mediocridad no se lleva bien con la humildad...
ResponderEliminarUn abrazo, Laura.
Hola Laura, lo había leído en algún correo. Creo que es así, mediocre. Sólo cuando era pequeño pensé que el mundo adulto era brillante.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy buena entrada.
ResponderEliminarVerdades como puños, Laura, duras de admitir y de reconocer nuestra participación en ellas.
Mientras no lo hagamos, seguiremos hundiéndonos en el barro sin sacar la cabeza a flote.
Un abrazo, mi niña.
Qué bueno Laura,me ha encantado leer algo inteligente acerca de nosotros mismos. Refrendo cada palabra de quien lo haya escrito. Yo que trabajo con turismo, te diré que realmente la visión que se tiene de nosotros es justamente esta misma. Somos los bufones de Europa, mientras nosotros nos creemos que somos los mejores y los que mejor vivimos. Aún existe mucho ombliguismo en el asunto, y estoy totalmente convencido y por experiencia propia lo digo, que no levantaremos cabez hasta que no terminemos de caer, tomar un poco de humildad, apretar el culo y trabajar. Hemos cedido todo el terreno a quien viene y con todo el derechoi se lleva nuestra riqueza y el único motivo, es que nos gusta vivir bien y del cuento. Mucho paro, sí, pero eso se combate con iniciativa. Iniciativa que nunca habrá mientras nos quitemos la idea de que está papá, mamá o el hermano o primo, ya están dejando de estar, por cierto.
ResponderEliminarY te lo digo yo, que los sigo viendo salir de vacaciones, con una mano delante y otras detrás, pero como se dice por aquí "tirándose el culo más alto que los peos".
Bueno, paro, paro que ya está bien. uffufff, respiro...
Besitos.
La primera reflexión que me provoca tu entrada, Laura, es discrpante. Yo creo que aún no hemos alcanzado el cenit, me gustaría creerlo, pero no lo creo.
ResponderEliminarLa siguiente es que no puedo estar más de acuerdo con el texto. Es tan duro asumir la propia mediocridad como la maldad en nuestros padres o hijos; pero no por el hecho de serlo tenemos garantías de que sean buenas personas.
Un abrazo,
Tremenda entrada Laura y llena de verdades, estoy totalmente de acuerdo, pero me asusta pensar que aún puede empeorar más, que no estamos en el cénit. Ojalá me equivoque. Pero nosotros también tenemos voz y espero que la levantemos y la hagamos escuchar.
ResponderEliminarBesos desde mi mar.
Hola Laura:
ResponderEliminarAunque este tu blog sea preferentemente un lugar para la divulgación de la escritura, creo muy oportuna tu entrada sobre la mediocridad. Siento disentir con Francisco porque creo que el hablar abiertamente sobre ella no implica que también lo seamos porque hay otras ideas, hay otras lineas por donde se puede avanzar pero para ello hay que quitar de en medio a los partidos políticos y a sus dirigentes. Si alguien quiere saber sobre mas desmanes de esta cuadrilla no hay mas que escuchar un poquito a una persona a la que no considero para nada mediocre; Iñaki Gabilondo
http://blogs.elpais.com/la-voz-de-inaki/2012/06/espana-paraiso-fiscal.html
Siento si esto se sale un poquito del objetivo de tu blog. No volveré a escribir sobre ello.
Hola Laura. Disculpas por mi retraso en contestarte, pero he estado muy alejado del microverso.
ResponderEliminarEl microrrelato que mencionas lo presenté al concurso de microrrelatos de Sanfermines... y evidentemente, no quedó clasificado.
Siento el retraso.
Cómo he tardado tanto, te contesto aquí en tu casa.
Sobre tu entrada y sobre la mediocridad... Creo que todos los humanos somos mediocres en mayor o menor grado. Luego están los genios que, sin duda, no pertenecen al género humano.
Besos.
mediocre, qué palabra que no se corresponde consigo misma,
ResponderEliminarporque no son 'medio' son del todo nefastos
saludos
El mundo lleva mucho tiempo siendo mediocre. Y sin embargo, es precioso.
ResponderEliminarUn beso
Si no lo aclarabas, pensé que el texto hablaba de Argentina y de la provincia que habito (hermosa de paisajes, realmente hermosa): Tucumán.
ResponderEliminarEs una generalidad, es una época, nefasta quizá, pero lo es en todo el mundo...
Honestamente no sé hacia dónde va la realidad. Sólo sé, que en medio de toda esta marea, trataré de encontrar mi camino... Es quizá una postura egoísta, pero no he encontrado por estos lugares demasiada gente dispuesta a cambiar el mundo.
Más allá de esto... ¡Te abrazo!
Esto..., quería añadir una cosita con respecto a lo que escribe Fernando y es que a la población humana se le considerase como una gran campana de Gauss y si la variable a medir, mediocridad, la consideraramos como un variable cuantitativa (del 1-10), podría comportarse como una Distribución Normal, es decir, que al menos el 90% seríamos NORMALES.
ResponderEliminarBuenos días a todos los que os habéis acercado a esta entrada.
ResponderEliminarOs agradezco muchísimo todos los comentarios, desde distintos puntos de vista, desde diferentes países, culturas, formas de pensar, edades, o vivencias personales.
Para algunos de vosotros : aún no se ha alcanzado el cénit y creo que es una idea que nos lleva a "aceptar lo que ahí, esperando lo peor, pero unidos en la defensa de lo que consideramos legítimo".
Para otros, la mediocridad es algo inherente a la naturaleza humana. En este caso, debiéramos "aceptarnos como somos, procurando mejorar en un largo camino de aprendizaje".
Otros opináis a cerca de la visión que se tiene de España desde fuera de ella: bufones de Europa. Y abogáis al trabajo y a las iniciativas propias para salir de este agujero, sin esperar a que alguien nos solucione el porvenir. Creo que es una visión acertada en cuanto a que supone creer en nosotros mismos y en nuestras capacidades.
Otros admitís que España tiene gente preparada y lanzáis un aliento de optimismo sin caer en la demagogia de una depresión
profunda. También yo creo que los cauces de las soluciones deben encaminarse desde el pensamiento y las acciones de personas involucradas que tengan por objetivo solucionar los problemas sin mirar continuamente sus intereses propios.
Y para todos aquellos que os decís o pronunciáis en un estado de pesimismo, deciros que las ochenta movilizaciones del jueves 19, no pueden dejar indiferente a casi nadie. Hace días fueron los mineros, antes los sanitarios, después educadores, luego funcionarios ....pero si no defendemos lo "público" con ahínco, nuestro porvenir empezará a mirarse en el espejo de EEUU (donde mueren los que no pueden pagar una operación, estudian los que tienen, son mejor defendidos quienes pagan, etc, etc).
Esas movilizaciones reclamaban un sistema equitativo de "aportar al descalabro", comenzando por lo más alto hacia lo más bajo y no a la inversa. ¿Supondrán un hito en la historia de España hacia una nueva forma de organización, de estructuras base, de mayor eficacia, eficiencia y gestión del gasto público?. Pues no lo sé, claro, pero ya hay analistas de situaciones sociales, que aseguran que las pequeñas revoluciones sociales cuando afectan a las masas pueden generar profundos cambios estructurales que no fueron tenidos en cuenta antes de provocarlas.
En cualquiera de los casos ... sobre todo os agradezco no haber iniciado en este blog debates políticos o sociológicos con descalificaciones entre los participantes, tal y como he comprobado sucede en otros medios. Por eso hoy, no he contestado uno a uno como suelo acostumbrar, sino en esta respuesta conjunta que os engloba como a una parte de la sociedad interesada en MEJORAR la situación de un PAIS, sea MEDIOCRE o no lo sea.
Besos desde mis palabras
y un abrazo fuerte para todos vosotros.
Amén, Laura. Una gran y certera reflexión.
ResponderEliminarUn saludo.
La cobertura no me acompaña siempre, hoy llego hasta aquí y leo...
ResponderEliminarMe gusta tanto que lo voy a compartir en FB...¿Puedo? Si no te gusta me lo dices.
Besicos salados, bonica.
Gracias también a Juan José y Cabopá por vuestra aportación personal a esta entrada.
ResponderEliminarGracias Cabopá por compartirlo en la red paralela a esta. Espero que haya sido para bien. Un beso sin sal.
Ningún país es mediocre, quienes lo son sus gobernantes, cuando solo actúan en beneficio propio y no permiten que el país prospere, se desarrolle y avance para el bien de todos sus habitantes.
ResponderEliminarMuy reflexiva entrada, apreciada Laura.
Toda mi solidaridad moral con el pueblo español.
Abrazos alados y feliz semana!
Gracias Diana. Agradezco tu solidaridad moral en un momento muy difícil para nosotros, para el futuro de nuestros hijos y para nuestros padres, quienes trabajaron y trabajaron para salir adelante y en su vejez se ven afectados por nuevos recortes y una crisis de dimensiones incalculables.
EliminarAunque no contesté uno a uno los comentarios, bien es cierto que con los últimos que llegáis lo estoy haciendo.
¡Ojala podamos salir de esta! ¡difícil si en la travesía nos quedamos solos!.
Besos desde mis palabras, que sabes que también son las tuyas.
Laura, menuda reflexión. Creo que mediocre es de lo peor que te pueden llamar. HAce poco, discutía sobre si nos merecemos o no esta panda que tenemos chupando del frasco, mi compañero de debate decía que sí, yo, sinceramente, me niego, considero que hay mucha gente de calidad, honesta, y con gran capacidad. Quizá el sistema está hecho para que ninguno de estos entre, no interesa pensar por uno mismo, lo mismo... no se... Es triste que nos sintamos esta impotencia colectiva que se puede llegar a convertir en indefensión aprendida.
ResponderEliminarUn gran abrazo, Laura y aunque, me encuentro ausente, y asomo de vez en cuando la patita, espero volver con muchas fuerzas y leer blogs como este porque, de verdad, merece la pena.
Merece la pena pasar por aquí y leer entradas antigüas, de esa manera he llegado aquí. Me hubiera perdido una gran entrada basada en ese artículo de autor desconocido, pero que pone en claro mucho de lo que pienso. No encuentro manera de rebatirlo, porque no hay.
ResponderEliminarGracias por traerlo hasta tu casa, Laura.
Besitos
Gracias también a Sigrid y Elysa por participar en este diálogo reflexivo.
ResponderEliminarSabéis que suelo unirme a ciertas propuestas como los micros indignados que se produjeron los jueves de mayo, o los de la marcha negra. Esta vez, era un poco diferente, porque recogía una voz anónima que sirviera de reflexión al cómo hemos llegado hasta aquí. Sois muchos los que habéis opinado y recojo todas vuestras opiniones poniendo en práctica la "capacidad de escucha activa" que creo que TODOS (políticos, administradores, gestores, etc, etc ...) debiéramos practicar más a menudo.
Creo que algo puede estar cambiando para SIEMPRE. Este puede ser el inicio.
Un beso de nuevo y un abrazo.