Serie de micros Bellezas Naturales
B.N. (4) - 250 palabras
A mediodía, una ola
embistió muy fuerte contra la proa, el barco se levantó de popa y
los más resbaladizos hicieron aguas. Afortunadamente pudieron nadar
con destreza hasta un escollo rocoso que se alzaba a varias millas
del incidente. Los primeros días se entendieron los cuatro, dos a
dos y por iguales, como es normal entender, pero según fluctuaban
las mareas, y coincidiendo con la quinta glaciación global, dos se
enfadaron sin esperanza de reconciliación por una ofensa infrigida
de la que no se tenía precedente : ¡pareces un pato!.
En aquellos treinta metros cuadrados, la situación se tornó insoportable, y cada vez que el insultado intentaba comprender, se hacía la deuda amorosa más acuciante. Desencantado, defraudado, estafado e injuriado, comenzó a observar los rituales de la otra pareja que llegada de aguas islandesas parecía gestionar el haber y el debe con mayor frescura.
Hacía tiempo que recortaron sus alas invalidándole para el grácil movimiento de remover el aire en su travesía, así que nuestro pingüino-pato emprendió un viaje a nado hacia otros escollos, islotes o ensenadas, anteriormente lugares de bienestar y de bonanza, en las que inició una revolución de las especies sin precedentes.
Visita la ilustración en : http://demisbocetosylosvuestros.blogspot.com |
¡Cuidado con los
pingüinos pato!
Alguien propuso salvar
las parejas, dos por cada especie con el fin de preservarlas. Así
se hizo por mandato casi divino, y en un arca de… no sé, puede
que fuera un gran banco, (perdón : gran barco), embarcaron todas ellas
con el corazón roto por la ausencia de los familiares a quienes dejaban en tierra. Las parejas fundarían su propio hogar en tierras lejanas.
En aquellos treinta metros cuadrados, la situación se tornó insoportable, y cada vez que el insultado intentaba comprender, se hacía la deuda amorosa más acuciante. Desencantado, defraudado, estafado e injuriado, comenzó a observar los rituales de la otra pareja que llegada de aguas islandesas parecía gestionar el haber y el debe con mayor frescura.
Hacía tiempo que recortaron sus alas invalidándole para el grácil movimiento de remover el aire en su travesía, así que nuestro pingüino-pato emprendió un viaje a nado hacia otros escollos, islotes o ensenadas, anteriormente lugares de bienestar y de bonanza, en las que inició una revolución de las especies sin precedentes.
Curiosidades:
>> Si deseas conocer algunas curiosidades del mundo animal, os propongo un artículo titulado "La revolución de las especies" en el que se ofrecen algunos datos curiosos sobre el "comportamiento animal", destacando un grado de agresividad creciente.
Laura, me gusta esa relación dibujo-micro que haces de vez en cuando. Contextualiza más el relato y por lo menos a mí, lo visualizo mejor. Qué cosa más curiosa eso de compartir poco espacio con los demás, siempre saltarán chispas. Me ha gustado un montón.
ResponderEliminarUn abrazo y un beso.
Gracias por venir a leer esta serie. Efectivamente, sin el dibujo no sería lo mismo porque está hecho a propósito para que sea parte indivisible del texto.
EliminarCuando el espacio "apremia" ... las fricciones son más evidentes. Un beso.
Un comportamiento muy humano para estos animales.Un precioso dibu Laura.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Gracias Rosa, y gracias también por el saludo a mi dibujito. Recibe un besazo.
EliminarLaura, en ese Arca de Noé tuvieron que suceder tantas cosas que no sabemos... que tu texto más que ser de ficción bien podría ser una crónica.
ResponderEliminarMe gusta el humor con la que has tratado la historia y la resolución, que no era nada sencilla.
Aún no he visto ningún pingüino-pato, pero estaré atento.
Abrazos.
Gracias Nicolás, es uno de esos textos de crónica-ficcionada que no sé muy bien dónde encajan pero que a mí me gustan.
EliminarLos pingüipato están por todos los sitios ¡estáte atento! porque a partir de ahora verás varios.
Un abrazo.
Me has arrancado una sonrisa, Laura, imaginando las desventuras conyugales de estos pingüinos, que -por lo poco que sé- tienen una fidelidad a prueba de balas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Leí yo también que los pingüi eran muy fieles a sus parejas, pero no sé si es del todo cierto. ;)
ResponderEliminarMe alegro si al menos has sonreído, no era más el propósito. Muchas gracias por venir Pedro y un abrazo.
Dicen que fabular es dar características humanas a los animales, esto de hoy puede ser ¿evolución de las especies? ¡Ingeniosa idea!
ResponderEliminarYo creo que sí ¡evolución de las especies a lo Darwin!. Gracias Francisco ¿ya estás de vuelta¿ ...tengo que ver cómo acabaron tus crónicas de viaje. ;)
EliminarUn besote.
No acabaron mis crónicas, siguen por varios días, a pesar de haber regresado hace una semana.
EliminarBesos
Me alegro de tu vuelta Francisco!!.
EliminarEstaré atenta. Besos.
El pingüipato, que original, me encanto tu micro Laura.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.
Gracias Moli, los pingüipatos comenzarán una revolución ...y si no ¡al tiempo!.
EliminarUn beso muy agradecido.
Me has dejado con la boca abierta, y es que eres muy completa, Laura: escribes y pintas, qué lujo.
ResponderEliminarSimpática tu arca de "no sé", divertida.
Un abrazo admirado, artista.
Gracias Isabel, lo de pintar ...prefiero llamarlo "bocetar" ...el otro blog se titula "De mis bocetos y los vuestros", já,já ...para no perder el compás....
EliminarUn beso muy agradecido.
El arca de no sé, genial! Crónica muy divertida que Darwin no habría imaginado. Al agua, pingüipatos! Saludos van, Laura!
ResponderEliminarGracias Sandra,
Eliminarme alegro que te guste y te parezca divertida. Recibe un besote.
excelente texto, desbordante creatividad.
ResponderEliminarfelicitaciones
SALUDOS
www.elblogdeescarcha.blogspot.com
Gracias Escarcha, bienvenida a este lugar desde tus tierras lejanas.
EliminarPasaré por tu blog para ver qué te cuentas.
un saludo.
Laura:
ResponderEliminarUna hermosa fábula donde la intolerancia hace de las suyas y termina con la disolución de los miembros de una especie.
No tienes por qué saberlo, pero en nuestro país hay muchos pingüino-patos. De hecho, llegaron desde el sur del continente y hoy gobiernan nuestra sociedad. Ellos se autodenominan pingüinos, a secas, para evitar eso de llamarse patos; ya que se sabe que a cada paso se mandan una macana.
Cualquier argentino sabe de qué hablo, a tí te lo explicaré por otra vía.
Ya puedes ver cómo cambia el significado de tu cuento, cuando se aplica a otro contexto.
Un enorme abrazo.
Estaba leyendo tu micro con una sonrisa hasta que he llegado al gran banco, (perdón: gran barco) y ahí he pillado la intención. Buena crítica, Laura. Espero que tu pinguino pato tenga suerte con esa revolución que pretende.
ResponderEliminarBesitos
PD: Cuando termine mi paseo por aquí, me voy a ver los bocetos.