Relatos en Cadena. VI Edición. Semana 6.

T e m p o r a d a   2 0 1 2  - 2 0 1 3

VI  Edición

T e m p o r a d a   2 0 1 2  - 2 0 1 3

Semana 6         :  8 de Noviembre de 2012
Recibidos         :  926 microrrelatos
Frase de inicio : " A la cola, como todo el mundo "

1 GANADOR :

Víctor Lorenzo Cinca, desde Lleida, es conocido en la blogsfera por su blog RealidadesParaLelos y por su parte activa en la Internacional Microcuentista ( revista on-line difusora del género de microrrelato entre la comunidad hispánica). En setiembre, Víctor nos regalaba unos libritos titulados LLamara(u)das, e incluso hizo un mini-concurso fotográfico con quienes construimos su simpática edición. Os dejo mi fotografía, y la que más gustó fue la de Carmencita Marín  que podéis consultar aquí : Cabopá.  :).Agustín Valderrama realizó una completísimas reseña de la persona de Víctor en su blog en el año 2010.

¡¡ FELICIDADES VICTOR !!

 Autor: Víctor Lorenzo Cinca

Obsolescencia

A la cola, como todo el mundo, me ordena la cajera. Miro a mi alrededor, ofendido. Estoy solo. Es más, en los pasillos del supermercado no me he cruzado con nadie. Es una broma, pregunto. Qué broma ni qué ocho cuartos. Espere su turno y déjese de tonterías, dice mientras hace avanzar la cinta sin nada encima. Coloco mi carro vacío detrás de donde imagino que aguarda el último y me quedo observándola con desconfianza. Cada vez que pasa las manos por delante del lector, sus labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto.

Finalistas      
Autor: Ricardo J. Gómez Tovar con
           "Apuntes póstumos sobre Gedeón"
           (blog: http://ricardogomeztovar.blogspot.com.es/ )

Autor: Mercedes Sans Boga con "La felicidad" 

Podcast en la cadena Ser: AQUI 

"Enhorabuena a los dos finalistas y al ganador"

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Frase "larga" de inicio para la semana que viene :

"Sus labios perfilados se contraen para
 dejar escapar un silbido corto" (Formulario)

Os dejo uno de los micros que presenté esta semana :

Tránsito

—A la cola como todo el mundo y recuerde traer el justificante amarillo y el ingreso de pago.

Esperé como todo el mundo, pacientemente. No tenía prisa. Mi rutina se había desvanecido alterando la monotonía de los que ahora veía muy lejos. Todos, unos detrás de otros, en un pasillo estrecho y muy largo nos mirábamos en silencio, observándonos con cautela. Habíamos llegado con lo puesto. Por delante muchos ancianos y algún niño. —¡Qué pena! —pensé. La mayoría no llevaba el papel del ingreso.

—Usted, a la derecha: ¡Eternidad con prepago! —me dijo la voz al llegar mi turno.

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