Un eslabón viviente
En Lodosa, provincia de Navarra,
España, Mercedes Colás Irisarri huyó de Navarra cuando las fuerzas
falangistas fusilaron a su padre en 1936. Era albañil. Cuarenta y
dos años después, su hija, Alicia Meroño desapareció durante la
dictadura argentina, el 5 de enero de 1978.
Mercedes me mira en la Plaza de Mayo y
me dice:
- Ni siquiera sé a qué banda de
izquierdas pertenecía.
Miro nuevamente su foto y la comparo
con la mía. Misma edad, idénticos ojos de alegría. Con cariño, le
contesto :
- Eso no importa Porota, eres el
eslabón de una cadena, en memoria de dos injusticias.
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Minicuento presentado a la II Convocatoria de minicuentos por la Identidad organizado por Cuentos y Más, para conmemorar los desgraciados hechos acaecidos en la última dictadura militar en Argentina tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.
(Ver aquí el enlace a la publicación)
(Ver aquí el enlace a la publicación)
La historia reflejada en mi "Eslabón viviente" es cierta, desgraciadamente no se trata de una minificción.
Porota es el nombre cariñoso con el que se apoda a Mercedes Colás en Argentina, y allí adquirió el apellido por voluntad propia de su marido : Meroño.
Sirva esta entrada para unirme desde el respeto a todas las víctimas de las dictaduras (hoy en especial a la Argentina), de las barbaries y de los atropellos a la dignidad humana.
Menudo regalo de Reyes: perder a una hija. Tremenda tu historia, más al saber que la ficción brilla por su ausencia.
ResponderEliminarSinrazones humanas que regalan sufrimiento, que degradan al ser humano y jamás alcanzaré a comprender.
Un abrazo fuerte.
Pues sí Paloma, elegí esta historia porque a mí me parece ...que bueno ...hacer ficción de realidades, a veces es : descortés. La realidad puede ser más dura que lo inventado.
EliminarUn abrazo.
"El eslabón de una cadena, en memoria de dos injusticias". ¡Qué pena, Laura, qué pena! Qué pena que no sea ficción para tan bella expresión literaria. Pero la ficción es siempre superada por la realidad. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí lo creo, Francisco. Quise escribir sobre algo cercano que uniera dos dictaduras. No sé si se diferencian en mucho, porque al fin y al cabo : el concepto que las sostiene es el mismo concepto cruel.
Eliminarun abrazo para tí también.
Laura, la vida golpea muchas veces a una misma persona, sin reparar en su pasado ni sus circunstancias. Tu relato transmite dolor y ternura, pues estos hechos que acaecieron en la historia desprenden eso mismo.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por el relato! Es precioso.
Besos.
Gracias Nick. Elegí esta doble historia personificada en un sólo eslabón porque me parecía que cualquier ficción nunca superaría esta triste realidad.
EliminarBesos.
Algunas personas tienen que tirar de una carga muy pesada. Muy conmovedor. Te he leído en el Orola, me ha encantado. Enhorabuena por la publicación. Un beso.
ResponderEliminarGracias Mar, por leer este, por leer el Orola, por pasarte por aquí ...en fin, no sé ...por todo en general.
EliminarUn besote también para tí.
Me ha gustado mucho, y como a muchos me ha conmovido.
ResponderEliminarObjetivo cumplido: buen micro.
Besos
Gracias Henry. Me costó encontrar la historia, pero quería algo que hiciera fiel reflejo a una realidad, no a una ficción.
EliminarAbrazos
Y luego dicen algunos que su Dios aprieta pero no ahoga. Buafff
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Lo curioso, es que ...eso que nos parece a nosotros que "ahoga", a veces da muchas fuerzas a las personas que lo sufren para salir adelante, con una carga muy fuerte, sí, pero salen.
EliminarOtro saludo de india:
Mitakuye oyasin
Muy bueno el microrelato, es verdad que la vida golpea muchas vedes a la misma persona sin reparar, como dice Nicolas,
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias Ana, por acercarte por este lugar para leer un texto al que le tengo especial cariño. Ese eslabón, tiene nombre y apellidos, y su historia es imborrable.
EliminarBesos
Conmovedor; es que la búsqueda de un mundo mejor, la belleza de dejarse habitar por la duda, es un ángel que viaja en la sangre. Así como lamentablemente viajan a lo largo del tiempo las bestias, con distintos uniformes y con la misma miseria dentro.
ResponderEliminarQue se corten todos los eslabones.
Un enorme abrazo desde Argentina
Las bestias con diferentes uniformes son todas la misma, como bien dices. No hay fantasmas para infudir el miedo y el horror, desgraciadamente son personas con un calificativo mal atribuido, justamente : el de personas.
EliminarUn enorme abrazo también, que cruce el charco y llegue hasta vuestras bellas tierras.
La mayoría de los que desaparecieron, ni siquiera pertenecían a una banda de izquierda.
ResponderEliminarSeguramente Porota aún lleva con orgullo y sin resignación un pañuelo blanco en su cabeza.
Un saludo, Laura.
Gracias Sergio. Seguramente llevas razón, y Porota siente el orgullo de algo por lo que lucha y nunca dejará de luchar.
EliminarUn saludo muy fuerte.
Me ha emocionado, Laura!
ResponderEliminarSupe que se trataba de una historia verídica antes de leer tu aclaración.
Conmovedora historia al que tu relato, tu manera de narrrar, hace honor.
Un beso
Hola Patricia. Esperaba tu comentario, porque quería saber cómo lo veías tú. Veo que sabías de la historia verídica y que además te parece conmovedora. No sabes cómo te agradezco tu comentario.
EliminarUn beso hasta Argentina.
claro que me consterna, hasta el dolor,
ResponderEliminaremotivo micro
saludos
Omar, he de decirte que, cuando escribes más de tres palabras ...me siento muy satisfecha. Es comos si pudiera arrancarte algo que llevas dentro y que a veces se queda corto en tus comentarios.
EliminarHoy estoy muy contenta por tus palabras.
Un abrazo
Hola,Laura, muy emotivo el relato.
ResponderEliminarSoy uno de los administradores del blog de "Náufragos de la Mar", donde has dejado tu huella, estaríamos encantados de que participases en nuestro certamen de relatos, seguro que aunque no sientas el mar tan cerca te sale algo bonito.
Un saludo.
P.D. No sale tú listado de seguidores ni aún pulsando F5, quizás en otro momento.
Hola tejón. Participaré en "Naúfragos de la Mar", porque el mar me inspira, me gusta y me hace "eslabonar" palabras casi sin darme cuenta. Muy pronto visitaré unos mares del norte, muy al norte, y me llevaré mi libreta para ver qué me sugieren.
EliminarA cerca del listado de seguidores, te diré que el uso de Intenet Explorer no se lleva muy bien con la tecnología de Blogger. ¿Mi recomendación? : descargarse Google Chrome y empezar a navegar ...es como dejarse llevar por un viento suave en unas aguas cristalinas.
Gracias por pasarte por aquí,
y ójala la próxima vez "visualices" los seguidores y todo lo que quieras.
Besos.
Óle, veo que al final lo conseguiste.
EliminarGracias por seguir este blog.
Besos.
Laura, siempre lo digo la realidad supera con creces la ficción. Gracias por traerlo.
ResponderEliminarMe gustaría que pasaras por mi ventana, estoy, bueno querría hacer un puzzle con vuestras palabras...
Besicos preciosa.
De nada preciosa, ahora voy por tu ventana a ver qué tipo de puzzle nos has montado (ten en cuenta que estoy resacosa de la huelga y puedo no estar inspirada).
EliminarUn beso para tí.
Me uno contigo en la lucha.
ResponderEliminarEmotivo y dramático relato.
Me pregunto cuándo nos comportaremos como personas. Mientras, esta sociedad vegeta.
Un abrazo grande.
Hola Juglar, yo también me lo pregunto ...¡cuántas historias tristes pueden encontrarse sin que pueda echarse marcha atrás en sus vidas!.
EliminarBesotes.
Me gustó mucho, Laura, empezando por el título, que me parece genial. Cuánto dolor concentrados en ese eslabón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Miguel Angel, me alegro que ese eslabón te haya gustado a pesar de lo que representa.
EliminarAbrazos.
Siempre que quede un eslabón, la cadena no se romperá. Me gustó mucho la metáfora.
ResponderEliminarPar de abrazos.
Gracias Lola. El eslabón es el símbolo entre dos realidades paralelas.
EliminarUn triple abrazo
Laura, me crié durante la última dictadura militar que sufrió Uruguay, del 73 al 85, que -como ves- comenzó antes y terminó después de la de nuestros vecinos. Compartimos muchas desgracias durante aquellos años, demasiadas.
ResponderEliminarTu micro me ha llegado al alma. He conocido varios casos muy parecidos al que cuentas. Aquellas tierras abrieron sus brazos para recibir a los exiliados republicanos y unos años después, se tragaron su sangre.
Un abrazo emocionado.
Me has dejado impactada Pedro. Siento que vivieras esa dictadura durante tanto tiempo. En 1975 se terminó la dictadura en España y comenzó en 1939, también aquí fue larga.
EliminarUna tristeza.....aquella, esta, la otra... y todas en general.
Te devuelvo otro abrazo también con emoción. Besos.
Y aún hay quien defiende el uso de la violencia, como si eso sirviera para arreglar algo... La de barbaridades que se cometen en nombre de esta causa o de la otra.
ResponderEliminarMe hubiera gustado que tu micro no fuera una historia real, pero tragedias así ocurren, y siempre será positivo airearlas, decirlas, sacarlas a la luz.
Un beso Laura.
Defienden el uso desde la prepotencia y la coacción, nunca desde el pensamiento libre.
EliminarA mí también me hubiera gustado que ninguna de esas historias fueran reales, pero desgraciadamente lo son.
Dos besos.
Laura, precioso texto, para una terrible historia..."eres el eslabón de una cadena, en memoria de dos injusticias"...esta frase final cierra el texto de forma impactante...
ResponderEliminarSiempre recuerdo una frase de Gabo García Marquez, puesta en boca de un personaje de su novela "El otoño del patriarca", una frase que dice "Las dictaduras llevan en su seno la enfermedad de su propia destrucción", es una verdad terrible, todas las dictaduras mueren, pero mientas llega esa muerte, la tiranía mata: mata sueños, mata presentes, mata futuros, mata ideales, mata dignidades, mata personas. Es difícil entender que el ser humano llegue a esos niveles de barbarie, desgraciadamente la Historia está ahí, para conocerla, para no olvidarla nunca, para aprender de ella. No hay nada peor que la barbarie organizada, que la violencia del Estado.
Es un placer pasar por estas páginas, leerte y es una suerte que nos dejes compartir contigo tantas y tan bellas historias.
Un abrazo Laura,
Hola Xabier, me alegro de que te gustara la última frase de cierre.
EliminarGracias por tu aportación y por traernos esa frase tan verdadera de Gabriel García Marquez. No la conocía, pero veo que subrayas los libros cuando no quieres olvidar algo, o en su defecto : tienes una gran memoria. Me alegro mucho de que te guste pasear por este "circo" de variedades en las que la ficción y la realidad se entrecruzan para que simplemente : no olvidemos.
Muchos besos.
Emotivo, Laura. Contando una historia que para los que conocemos intuimos que es real y tú le das palabras y las pones ante nuestro ojos para no olvidar, para no olvidarlos.
ResponderEliminarBesitos
Gracias Elysa, sé que muchos de vosotros habéis intuido desde el principio que se trataba de una realidad. Es triste que sea así, pero lo es.
EliminarUn abrazo muy fuerte. No nos olvidaremos.
Una historia real magníficamente contada.
ResponderEliminarMe ha conmovido tanto como me apesadumbran los comentarios de las personas que no comprenden a los que luchan en favor de la memoria histórica. ¿Cómo no pueden entender a cientos de familias que sufren con sus eslabones rotos?
Un beso
Gracias Ana. Me alegro mucho de que te gustara la historia, aunque como ves, la realidad...supera la misma ficción. Sobre entender o no entender, es cuestión de empatía.
EliminarMuchos besos.
Si la ficción es dura, saber que es cierto es terrible. La mujer bisagra entre dos fascismo. Gracias por compartir.
ResponderEliminarLaura, has pensado en eliminar la verificación de robot, es un tostón.
Hola Ximens!, cuánto tiempo sin leerte!. Sobre la verificación de palabras, sólo me acuerdo cuando me lo decís. Creo que sí, que la eliminaré, porque es cierto que es un tostón y porque a mí también me cuesta cuando comento por ahí.
EliminarUn abrazo