Cadena Ser. Relatos en Cadena. Semana 24 (+micro)

Hago eco del ganador y finalistas de la semana  24 de Relatos en Cadena.
FRASE : Ese maravilloso viaje que le habían prometido

Ganador del 10/5, semana  24  (Recibieron 561  microrrelatos)

Autor: Gabriel de Biurrun Baquedano Montón Ese maravilloso viaje que le habían prometido sus padres con la mirada fija en el suelo y la sonrisa de comer limón, Corfú; la garantía de unas gafas de sol enormes, diecisiete tarjetas que venían con las flores, una copia de la esquela, una foto en la cuna, el certificado, un suplemento semanal, instrucciones de una crema para el pecho, la ecografía y la amniocentesis; prospectos de yodo, prospectos de hierro, la factura de la clínica y la del hotel. Habitación individual. Todo eso sobre la mesa, en ese orden. Y la ventana. Y al otro lado de la ventana, nada de nada.

Fueron finalistas :

Autor:       Jovino Manuel Fernández Escudero  con   Saltarse el Guión

Autor:       Rubén Gozalo Ledesma       con   Filibusteros

Enhorabuena especialmente a RUBEN GOZALO por esa tierna historia contada con la voz de un anciano y ese sueño que provoca en el niño que lo escucha. Bonito homenaje a la lectura. ;)
Blog de Rubén: http://dosiscomprimidas.wordpress.com/

Podcast del audio del programa 

Plazo para el envío : hasta el domingo 13 de mayo (a las 12:00 del mediodía, hora peninsular). El microcuento de 100 palabras que escribas debe comenzar con la siguiente frase:

Y al otro lado de la ventana, nada de nada

http://www.escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser#participar

Os dejo un micro  que envié, para esta semana: 

Lo prometido es deuda

Ese maravilloso viaje que le habían prometido tardó mucho tiempo en materializarse. Cuando llegaron al destino, Mickey lucía barba blanca y Peter Pan volaba con muletas. La nariz de Pluto colgaba hasta rozar el suelo, y Donald había heredado grandes riquezas. Desvió la mirada hacia su anciano padre y éste esbozó una mueca de resignación. Al encaminarse hacia la morada de las princesas, un guardia de seguridad hizo sonar su silbato para que salieran de la zona restringida. Sus sueños infantiles quedaron extraviados en un castillo embargado y ni siquiera el pato pudo salvar la deuda.

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