Blog. Primera semana.

Hace una semana, casi de forma impulsiva, excitada por una idea obsesiva que me acosaba desde hacía unos meses, decidí abrir este blog. Os confesaré que la información de la red me había desbordado. La pestaña de favoritos de los navegadores habituales que utilizo, se desplegaba en varias columnas que a veces cubrían la pantalla sin dejarme ver el horizonte. La lista de mis blogs era tan extensa que parecía una alfombra desplegable sin un límite prefijado. Es cierto : he sido navegante sin descanso, y raro era el día que no encontraba algo de interés; incluso llegué a creer que sufría de algún síndrome adictivo que me arrastraba a través de las palabras luminiscentes de la pantalla. A la vez que navegaba, descansaba en las orillas de mi viaje, escribiendo en archivos word, retazos de páginas que nunca verán la luz, relatos cortos y a veces largos, pintando en trozos de papeles blancos ideas que bullían en mi cabeza y por las que me lamentaba cuando los pinceles no reproducían fielmente mis paisajes ensoñados, y entre tanto, seguía leyendo mis libros de cabecera, que son tantos, que mi despertador se ha quedado encerrado entre ellos y amenaza, cada madrugada, con no volver a despertarme.

Y entonces dije : basta, no puedo más. Paré el motor del barco y tiré por la borda unos cuantos baúles que entorpecían mi viaje. Inicié una página en blanco con una sola idea : compartir esta afición viajera y creadora que tanto me satisface, con vosotros y vosotras, y os invité para zarpar, y estáis por aquí, a días, en vuestros ratitos, cuando podéis, cuando yo no os veo, agazapados, silenciosos, o comentando, y algunos/as ... con vuestras caras anónimas que ni siquiera conozco.

Pero sólo por estar ahí : os doy las gracias. Y puede que a días, no os guste el post, o puede que otros, empecéis vuestra jornada pensando en una frase de ayer.

Por todo esto, sinceramente : GRACIAS.